¿Sabías qué?

BDSM es una sigla que se refiere a un conjunto de prácticas sexuales y de juego erótico que implican Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Estas prácticas a menudo incluyen elementos de poder y control, y pueden involucrar la entrega de control o la imposición de restricciones físicas, emocionales o psicológicas en una o ambas partes.

El BDSM se lleva a cabo por consentimiento mutuo y se basa en una relación de confianza y respeto entre las personas involucradas. En una relación BDSM, una persona puede asumir un papel dominante (conocido como “dominante” o “amo/a”) mientras que la otra persona asume un papel sumiso (conocido como “sumiso/a” o “esclavo/a”). Estos roles pueden ser temporales o permanentes y pueden variar en intensidad y complejidad.

Las prácticas BDSM pueden incluir una amplia variedad de actividades, desde el uso de juguetes eróticos y técnicas de ataduras hasta el uso de objetos de castigo, como látigos o fustas. Sin embargo, es importante destacar que todas las prácticas deben ser seguras, saneadas y consensuadas, y deben realizarse dentro de los límites de las personas involucradas.

Es importante tener en cuenta que el BDSM no es una práctica patológica o anormal, siempre y cuando se realice de manera segura y consensuada. Sin embargo, es fundamental que todas las personas involucradas entiendan y respeten los límites y las necesidades de las demás, y que se comuniquen claramente para garantizar una experiencia satisfactoria y segura para todos.